La cuarta revolución tecnológica ya es un hecho en nuestros días, pues algunas empresas están utilizando tecnología inteligente para facilitar sus procesos, mejorar sus productos y optimizar su mano de obra. El sector de la salud no es la excepción, el potencial de la IA en la atención médica es enorme. En este artículo discutiremos sobre las expectativas que se tienen en esta área.
Imagina que un día cualquiera un paciente llega a un hospital con síntomas confusos. El médico está frente a un caso que podría ser cualquier cosa: desde una infección común hasta una enfermedad rara que necesita atención urgente. Las preguntas sobre la certeza de su padecimiento surgen y el riesgo al que se enfrenta puede costarle la vida. A pesar de los avances tecnológicos, muchos sistemas de salud aún se apoyan en procesos que dependen en gran medida de la intuición o la experiencia acumulada de un médico. Aquí es donde entra la Inteligencia Artificial como un verdadero aliando en la atención médica.
¿Por qué la IA puede marcar la diferencia en los diagnósticos?
El gran volumen de datos médicos que se generan a diario, desde el registro de los pacientes, reportes clínicos, imágenes médicas, entre otros, puede resultar abrumador para el personal sanitario. Sin embargo, herramientas como la IA puede procesar, analizar y aprender de estos datos, y con la finalidad de detectar patrones e indicar correlaciones que pueden pasar inadvertidos al ojo humano. Esto permite realizar diagnósticos más precisos, lo que es importante en esta área de atención.
Los diagnósticos médicos es el área más prometedora para la inclusión de la IA, ya que los métodos de diagnóstico tradicionales aún dependen de la interpretación subjetiva de los profesionales médicos, como consecuencia los resultados pueden ser altamente variables. La implementación de la IA puede reducir esta variabilidad proporcionando resultados más fiables con información mejor predicha basada en datos.
Un caso real
De acuerdo al informe de Word Económic Forum, Omdena es el proyecto innovador que consta del desarrollo teconología con IA que utiliza modelos predictivos para la prevención de malaria en Liberia. Esto permite a los funcionarios de salud tomar acciones proactivas, en particular para grupos vulnerables como niños menores de cinco años y mujeres embarazadas.
Los beneficios que se tienen con esta implementación van más allá. En primer lugar, al predecir las zonas de mayor riesgo o altamente potenciales de que ocurra un brote, es posible intervenir en la zona para su prevención, también es posible tener una visión más completa sobre la transmisión de la enfermedad y que de esta manera las organizaciones estén mejor informadas, se reducen los casos de muerte principalmente en niños y mujeres embarazadas, además, al reducir la prevalencia de la enfermedad los funcionarios se pueden enfocar en otras áreas para aumentar la productividad y reducir los costos en el área de la salud.
El futuro de la atención sanitaria no solo está en la precisión, sino en la posibilidad de crear un sistema más accesible, eficiente y justo. Implementar tecnologías como la IA no solo mejora los resultados clínicos, sino que transforma la manera en que abordamos el cuidado de la salud: con visión, responsabilidad y un compromiso inquebrantable hacia un mejor mañana.
¿Estamos preparados para este cambio? La respuesta no debe quedarse en la teoría. El momento de actuar es ahora. Porque el futuro de la salud está, literalmente, en nuestras manos.